jueves, 6 de febrero de 2014


 Cultura popular.


El análisis cultural múltiple veces se muestra con muchos problemas sobre su mismo objeto de estudio, sus parámetros totalmente empíricos, a veces son causa de discusiones interminables en los estudios sociológicos y artísticos.

El estudio de la cultura popular es apoyado  de forma importante por la sociología, que expone los análisis de la producción cultural de las masas. No solo en su aspecto real, también, en sus significación y relevancia que estos ofrezcan. 

De acuerdo con el texto “Fundamentos y carencias de los estudios culturales: una revisión teórico-crítica del ámbito popular culture” de María Luengo Cruz en donde revisa los estudios culturales a partir de la definición de Theodor W. Adorno y Max Horkheimer de la sociedad de las masas nos dice que la cultura popular ha pasado de ocupar un puesto marginal en la vida académica a ser foco de interés no ya sociológico sino interdisciplinario. Es decir que ya no tiene la misma importancia académica como se creía antes. Ahora es meramente popular.

 Dentro de la cultura popular se observa como el arte puede movilizar fuerzas sociales, múltiples medios masivos como la radio, la televisión, el  internet etc. Son medios ideológicos de gran importancia en una sociedad.

 La sociología, que expone los análisis de la producción cultural de las masas. No solo en su aspecto real, también, en sus significación y relevancia que estos ofrezcan. 
 Dentro de la cultura popular se observa como el arte puede movilizar fuerzas sociales, múltiples medios masivos como la radio, la televisión, el  internet etc. Son medios ideológicos de gran importancia en una sociedad.

Por ejemplo en el caso del internet: las redes sociales han impulsado una cultura de la burla mediante imágenes irónicas y burlescas de las actitudes cotidianas. Sobre los conflictos sociales actuales y sobre las noticias más relevantes.  La propagación de muchos sitios de ocio que distraen la capacidad creativa del individuo ante la saturación de información y la cultura de la incultura.
El ejemplo en concreto puede ser las múltiples imágenes irónicas y burlescas del presidente de México catalogado como un ser ignorante, corrupto  y tirano.
Aunque uno pensaría estos sitios como un ejercicio democrático de la comunicación  desgraciadamente estos productos de la cultura popular solo llegan en la conciencia al terreno del ocio.
En este caso se expone a la cultura popular como ámbito del conflicto social. Y arma ideológica.
En este caso los aparatos con mayor presencia establecen sus relaciones de poder y retención.  La televisión es el aparato menos democrático por excelencia: su naturaleza comunicativa totalmente restrictiva a la réplica y las prácticas monopólicas hacen un sistema cercano a los centros de poder en turno. Un ejemplo puede ser el de las campañas políticas en la televisión que son manipuladas a los intereses del mercado.
Las teorías sobre la cultura popular  clasifican sobre las tradiciones y autores como una pugna entre lo racionalista e idealistas. 
Los racionalistas se muestran positivos ante la respuesta de la cultura ante los fenómenos externos.
Los idealistas se apoyan en la idea de la cultura subjetiva y libre, como un ente con vida propia. 
Podemos observar que la cultura popular se impone a forma de “calcomanía” la obra pierde su valor estético y adquiere el valor de cambio, es decir de mercancía  intercambiable. Un ejemplo de esto es la valoración artística que puede tener un álbum musical en función con su volumen de ventas. Existe un acercamiento entre objeto y sujeto. El consumo del objeto supone el mayor goce por el individuo.
La música pop, es sin duda una perversión estética, su fin se compromete con el goce banal del individuo. Las estructuras son lo más genéricas posibles para el alcance con el gran público. Se apela por lo homogéneo y simple. 
Las expresiones de vanguardia quedan excluidas para los públicos selectos y comúnmente discriminados.
En este caso el arte popular tiene  un aparato ideológico que se encarga de proyectar su producto por toda plataforma posible (radio, prensa, internet.) de forma paralela el mismo aparato desaparece las expresiones contrarias al modelo estético en actualidad.
«El arte es una especie de mercancía, preparada, registrada, asimilada a la producción industrial, adquirióle y fungible. (...). La cultura es una mercancía paradójica. Se halla hasta tal punto sujeta a la ley de intercambio que ya ni siquiera es intercam- biada; se disuelve tan ciegamente en el uso mismo que ya no es posible utilizarla» (Adorno y Horkheimer, 1972 [1947]: 159- 161

Fuera del texto, pienso que la propuesta adecuada para mediar el aplastante poder del arte comercial, es sin duda, el correcto acercamiento a múltiples culturas desde temprana edad. Este acercamiento eliminando el mito del objeto artístico como “sagrado”
 Involucrar  la búsqueda de un equilibrio entre la cultura popular y la alta cultura enriquece todo tipo de expresiones y democratiza la comunicación y el arte.  Privilegio cada vez más ausente para la posmodernidad.
Existe en la modernidad una terrible confusión acerca de las bases de la cultura. Que cada vez está más absorbida por la banalidad de la producción en masa. Podríamos incluir que la cultura está más influenciada por la TÉCNICA Y los principios capitalistas de la eficiencia y la eficacia.



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